Entendiendo el papel de las vacunas en nuestro cuerpo
Imagínate siendo un superhéroe y las vacunas son tu capa: te dan un boost de poder para combatir a los villanos.
Bueno, esos villanos son enfermedades y tu cuerpo lucha contra ellos día tras día.
De eso vamos a charlar hoy, de cómo las vacunas son un aliado que no puedes pasarte por alto.
¿Listo para entender cómo funciona todo esto dentro de ti? ¡Pues vamos allá!
¿Cómo funcionan las vacunas en el cuerpo humano?
Primero, déjame decirte que tu sistema inmunitario es una verdadera maravilla.
Cada vez que un germen trata de invadirte, este equipo de defensa entra en acción.
¿Por qué las estaciones del año cambian? - Explicación fácilPero espera, aquí es donde las vacunas juegan un papel crucial. ¿Qué hacen realmente?
Pues, imitan a los invasores y entrenan a tu sistema para reconocerlos y combatirlos sin que realmente corras peligro.
Es como cuando haces un simulacro de incendio, te preparas para lo real sin quemarte.
Las vacunas hacen algo parecido: te presentan una versión desarmada o un pedacito del germen y tu cuerpo aprende a golpear fuerte cuando llegue el malo de verdad.
Y eso no es todo, aún hay más.
¿Qué es el eco y cómo se produce? - Explicación del efecto DopplerMás adelante te diré más sobre cómo estas vacunas pueden variar y la tecnología que usamos para crearlas.
Pero primero, hablemos de las barricadas naturales que tiene tu cuerpo para mantener a raya a los microbios.
¿Cuáles son las barreras físicas que el cuerpo humano utiliza para defenderse de los patógenos?
Piensa en tu cuerpo como una fortaleza: tienes muros y soldados listos para actuar.
Algunas de estas defensas son la piel, que es como el muro de un castillo, y las mucosas, que actúan pegajosas para atrapar a los intrusos antes de que lleguen más lejos.
También los pelitos de tu nariz y tus lágrimas entran en acción, como pequeños guerreros que expulsan a los malos.
Incluso el ácido de tu estómago actúa como un foso de lava contra los que pasen las primeras barreras.
¿Por qué las personas tienen diferentes tipos de sangre?Y échale ojo a esto, cada vez que toses o estornudas, estás lanzando a esos invasores lejos de tu territorio interno, y así reduces el riesgo de infección.
Y todavía hay más, porque tu sistema inmunitario tiene también una memoria de hierro que las vacunas aprovechan para protegerte.
Pero, para eso necesitamos entender qué es un antígeno y cuál es su rol en esta historia.
¿Qué es un antígeno y cuál es su papel en la respuesta inmunitaria?
Aquí va la parte geek, pero sencilla. Un antígeno es como la ficha de identificación que lleva cada invasor.
Cuando tu sistema inmunitario ve una ficha que no reconoce, empieza el combate.
Al encontrarse con un antígeno, tu cuerpo produce anticuerpos, que son como si fueran misiles teledirigidos diseñados específicamente para destruir al invasor.
Resonancia magnética: ¿Qué es, para qué sirve y cuándo se debe hacer?Justo como Batman tiene una herramienta para cada villano, tu cuerpo crea un anticuerpo para cada antígeno.
Ahora, la vacuna introduce estos antígenos sin peligro, para que tu cuerpo se los aprenda, sin la necesidad de pasar por la enfermedad real.
Y bueno, estar actualizado con tus vacunas es como mantener a tu ejército bien armado y listo para cualquier invasión.
Pero, ¿cómo ayudan concretamente las vacunas en este proceso? ¡Eso te lo cuento ahora mismo!
¿Cómo ayudan las vacunas al cuerpo humano?
La vacuna llega y es como si trajera noticias de inteligencia sobre un posible ataque.
Tu cuerpo toma nota, y si los malos llegan en serio, ya sabe cómo recibirlos.
Simple, ¿no? Bueno, el punto es que puedes enfrentar la enfermedad mucho más rápido y de manera más eficaz.
Es como contar con una biblioteca de estrategias de combate contra los enemigos conocidos.
Cuando una enfermedad que ya has "conocido" por una vacuna intenta atacarte, tu sistema inmunitario la reconoce y la ataca antes de que pueda hacerte daño.
Pero veamos qué tipo de soldados, o mejor dicho, qué tipo de vacunas, tenemos en nuestro arsenal.
¿Qué tipo de vacunas existen?
Existe un menú variado de vacunas, cada una con su especialidad.
Algunas tienen agentes patógenos vivos que han sido atenuados, casi como si les hubieran bajado el volumen para que no puedan causarte la enfermedad; otras tienen agentes muertos o fragmentos de ellos.
Dependiendo del tipo, nuestro cuerpo responde de diferentes maneras.
Pero mejor vayamos parte por parte para entender bien qué trae cada una a la mesa.
Vacunas de virus vivos
Estas vacunas usan una versión viva del virus, pero está atenuada, o sea, hecha pa' no hacer daño.
Es como tener un león, pero sin dientes ni garras, suena loco, pero funciona.
Tu sistema inmunitario se topa con él, aprende a defenderse y queda listo para el día en que pueda enfrentarse a uno de verdad y con todas sus armas.
Vacunas muertas (inactivadas)
Aquí los virus o bacterias están, literal, muertos.
Estos no pueden crecer en tu cuerpo, pero igual alertan a tu sistema inmunitario para que se ponga las pilas.
Siguiendo la onda del león, es como si tuvieras una fotografía de él, para reconocerlo en el futuro.
Vacunas toxoides
Las toxinas son venenos que algunos gérmenes producen.
Las vacunas toxoides toman estas toxinas y las desactivan.
Es como entrenar con armamento inofensivo, para que, si algún día te encuentras el de verdad, sepas qué hacer.
Vacunas biosintéticas
Estas son como lo último en tecnología de vacunas.
Cogen solo las partes más importantes del virus o la bacteria, las que nuestro cuerpo necesita reconocer, y las copian sintéticamente.
Si seguimos con los ejemplos locochones, es como si tuvieras un holograma del león para practicar.
Vacunas de ARNm
Ahora sí, entrando en el mundo de la ciencia ficción, pero real.
Las vacunas de ARNm, como las de COVID-19, te meten un pedazo de instrucción genética para que tus propias células fabriquen una proteína parecida a la del enemigo.
Así, tu sistema inmunitario aprende a reconocerla y atacarla sin haber estado realmente expuesto al virus.
Es como si creas un videojuego para practicar cómo vencer a tu enemigo antes de la batalla real.
Antes de acabar, déjame soltarte un par de datos que te van a volar la tapa de los sesos.
¿Sabías que Edward Jenner es reconocido por desarrollar la primera vacuna en el mundo, allá por 1796? O sea, esto de las vacunas no es de ayer.
Y para terminar: un recordatorio importante.
Aunque las vacunas son poderosas, también hay que mantener las defensas arriba con alimentación saludable, ejercicio y buen sueño.
¿Qué te parece si sigues cuidando de ese superhéroe que llevas dentro?
Ya sabemos que las vacunas son parte de su capa, pero el resto, amigo, está en ti.
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