¿Qué es la meditación y por qué todos deberían practicarla?

La vida se mueve a mil por hora, ¿verdad? Tareas, trabajo, redes sociales, noticias... ¡uf!

Podrías sentir que tu cabeza no da para más. Y aquí viene un aliado que quizá no habías considerado: la meditación.

No te voy a decir que es una varita mágica, pero es casi como si lo fuera.

Vamos a ver qué es, cómo te beneficia y cómo puedes introducirte en este mundo fantástico que, por cierto, es más fácil de lo que piensas.

Y eso no es todo, aún hay más, solo sigue leyendo.

¿En qué consiste la meditación?

Quítate de la cabeza la idea de que meditar es solo para monjes o gurus.

¿Cómo funciona la memoria a corto plazo (MCP)?

La meditación es para ti, para mí, para todos. Es tomar un descanso, respirar hondo y permitirle a tu mente un break.

Básicamente, es entrenamiento mental.

Aprendes a centrarte en el aquí y el ahora, algo que, reconozcámoslo, no es tan sencillo como parece.

Consiste en encontrar un lugar tranquilo, adoptar una posición cómoda y cerrar los ojos o fijar la vista en un punto.

Luego, pones atención en tu respiración, en un objeto o en un sonido repetitivo, como un mantra.

El objetivo es serenar el torbellino de pensamientos que usualmente tenemos y ganar claridad y paz.

¿Cuál es el origen de los apellidos? - Conoce la historia de los nombres de familia

¿Qué crees? Incluso algo tan simple como prestar atención a cómo se expande tu pecho al respirar es una forma de meditación.

Así de accesible. Más adelante te contaré sobre las diferentes técnicas, no te despegues.

¿Para qué sirve la meditación?

Quizás has escuchado que meditar está de moda, pero no es solo una tendencia pasajera.

Sus efectos positivos son reales. Al meditar, puedes reducir el estrés, la ansiedad y mejorar tu concentración.

Es como darle una buena engrasada a tu cerebro.

Pero, no te quedes solo con eso, la meditación también puede ayudarte a conocerte mejor.

¿Cómo leer el lenguaje no verbal de las personas?

A medida que te familiarizas con tus pensamientos y emociones durante la práctica, te vuelves más consciente de ellos en tu día a día.

Y saber lo que pasa por tu cabeza es el primer paso para tomar las riendas de cómo te sientes y reaccionas.

Por cierto, si crees que para meditar necesitas estar en total silencio, te sorprenderá saber que hasta el ruido de la ciudad puede ser parte de tu práctica.

Curioso, ¿verdad? Justo ahora reflexiona sobre eso y luego sigue leyendo.

¿Cómo funciona la meditación?

Imagina que tu mente es una autopista llena de autos que van y vienen.

Eso es lo que pasa usualmente en nuestro cerebro: pensamientos acelerados cruzando a toda velocidad.

¿Cómo aprenden a hablar los niños?

Al meditar, lo que haces es poner un alto y observarlos, pasar sin subirte a ellos.

Con el tiempo, esa autopista se vuelve menos transitada.

Este proceso de observar tiene un efecto directo en nuestro cerebro.

Areas encargadas de la gestión de emociones y la atención se modifican con la práctica regular.

Es como ir al gym, pero en lugar de músculos, trabajas tu capacidad de estar presente y tranquilo.

Y hablando de estar presente, ¿has notado cómo nos perdemos momentos increíbles por estar enfrascados en el celular?

La meditación nos ayuda a soltar esos distractores y vivir de verdad cada segundo.

No te pierdas lo que viene, porque ahora vamos a explorar los diferentes tipos de meditación.

Meditación guiada

La meditación guiada es como tener un mapa mientras exploras un nuevo territorio.

Alguien te va llevando de la mano durante todo el proceso, ideal si estás empezando y aún te sientes como pez fuera del agua.

Meditación con mantra

Si te gusta el poder de las palabras, la meditación con mantra es para ti.

Repites palabras o frases que tienen un significado especial y eso te ayuda a mantener el foco.

Meditación de atención plena

Esta es el todoterreno de la meditación.

Se trata de prestar atención total a lo que sucede en el momento, sin juzgar.

Puede ser que te enfoques en tu respiración, los sonidos de tu entorno o las sensaciones en tu cuerpo.

Meditación trascendental

Un poco más específica y con métodos enseñados por instructores certificados.

Aquí se usa un mantra personalizado y se medita dos veces al día. Suena interesante, ¿cierto?

Qi gong

¿Y si te digo que puedes meditar en movimiento?

Sí, con Qi gong combinas meditación con ejercicios físicos suaves y respiración profunda.

Es una especie de meditación en acción.

Taichí

Igual que el Qi gong, el Taichí es una forma de meditación dinámica que se centra en la fluidez del movimiento y la respiración.

Yoga

El yoga no solo es flexibilidad y equilibrio. Incluye una fuerte componente de meditación que te ayuda a conectar con tu interior mientras trabajas en tu exterior.

¿Cuáles son los elementos más importantes de la meditación?

Puede que pienses que para meditar necesitas inciensos, una habitación silenciosa y horas de tiempo libre.

Pero la verdad es más simple. Los elementos clave son:

• Un entorno tranquilo, aunque al principio podría ser simplemente un lugar donde te sientas seguro.
• Una postura cómoda, no necesitas cruzar las piernas si no te acomoda.
• Un punto de enfoque, ya sea tu respiración, un objeto o un mantra.
• Una actitud abierta, sin expectativas ni juicios.

Y recuerda, la constancia es vital. Práctica regularmente y la meditación se volverá una parte esencial de tu vida.

Por cierto, los beneficios de la meditación no son solo para la gente estresada o aquellos en busca de iluminación espiritual.

Deportistas, artistas y empresarios de éxito también la utilizan para mejorar su rendimiento.

Eso sí, hacerlo adecuadamente es crucial, así que sigue leyendo.

¿Qué beneficios hay en la meditación?

Ya mencioné la reducción del estrés y la ansiedad, pero hay más.

Meditar mejora la calidad de tu sueño, tus relaciones interpersonales y tu capacidad para manejar emociones.

Es como si limpiaras el parabrisas de tu vida y de repente ves todo más claro.

Una mente más tranquila suele resultar en mejor salud física también.

Personas con hipertensión, por ejemplo, han encontrado en la meditación una herramienta para regular su presión arterial.

Y si te haces de la vista gorda al tema del bienestar emocional, te estarás perdiendo de calidad de vida.

También fortalece tu memoria y concentración.

Estudiantes, por ejemplo, pueden beneficiarse mucho con unos minutos de meditación antes de estudiar o un examen.

Y algo curioso, ¿sabías que hasta tu sistema inmunológico puede salir ganando con esta práctica?

Realmente, meditar es como darle vitaminas a tu cerebro y a tus emociones.

No solo te sientes más relajado, también más conectado contigo y con los demás.

¿Cómo aprender a meditar correctamente?

Te voy a dar un truco: empieza pequeño. Cinco minutos pueden ser suficientes al principio.

Encuentra un hueco en tu rutina y haz de ese momento tu cita con la meditación.

Hay apps y vídeos que ofrecen sesiones guiadas. Son un buen punto de partida.

Y qué crees, ese amigo que siempre está zen quizá también medita; no tengas pena, pregúntale si puede darte algunos tips.

Pero ten cuidado con las expectativas.

Al principio es normal que sientas que no "funciona" o que no puedes dejar de pensar en tus pendientes.

No te preocupes, con la práctica llega la mejoría.

Paciencia y constancia son las claves.

Al igual que cuando aprendes a manejar o tocar un instrumento, al principio todo es confusión, pero poco a poco encuentras tu ritmo.

¿Cuáles son los riesgos de no meditar adecuadamente?

La meditación incorrecta puede llevar a frustración o sentir que estás perdiendo el tiempo.

Es importante entender que no se trata de vaciar tu mente, sino de aprender a pasar de los pensamientos sin engancharte.

Además, forzarte a adoptar posiciones incómodas o tener expectativas poco realistas puede hacer más mal que bien.

La clave está en escuchar a tu cuerpo y a tu mente. Avanza a tu propio ritmo y no compares tu viaje con el de los demás.

Somos únicos y, por ende, nuestra experiencia meditando también lo es.

Recuerda, si algo no te sienta bien, hay muchas maneras de meditar.

No hay una sola receta para todos.

Experimenta con calma hasta que encuentres tu forma ideal.

Mira otros artículos interesantes como el que acabas de ver, en la categoría Humanidades