¿Por qué nos ruborizamos cuando sentimos vergüenza?
A todos nos ha pasado, estás en medio de una plática y de repente algo que dices o haces te hace sentir un poquito incómodo y ¡zaz!, tus mejillas se pintan de un color rojo intenso.
Seguro te preguntas por qué el cuerpo reacciona así y si hay algún truco para controlarlo.
Quédate, que juntos vamos a descubrir los misterios detrás del rubor y por qué es más común de lo que crees.
¿Listo para averiguarlo?
¿Cuál es la causa por la que nos ruborizamos?
El rubor es una reacción de lo más natural de nuestro cuerpo, aunque a veces nos haga querer desaparecer del mapa.
La ciencia lo explica bastante sencillo: cuando te sientes avergonzado o intimidado, tu cuerpo lanza una señal de alarma.
Efecto placebo: Qué es, causas y cuándo se usaEn ese momento, unas sustancias llamadas catecolaminas se activan y provocan que los vasos sanguíneos de la cara se dilaten.
Sí, así como cuando entras a una habitación bien iluminada y tus ojos se abren más para dejar pasar la luz.
Así que el flujo de sangre aumenta en las mejillas y ¡boom!, ya estás más rojo que un jitomate.
Pero no solo la vergüenza puede hacer que tus mejillas se enciendan. ¿Sabías que sentirte emocionado o incluso simplemente tener un cambio brusco de temperatura también puede causar esa coloración en la cara?
Algo así como cuando te comes un helado rápido y te da esa patada de frío en la frente.
Y eso no es todo, aún hay más.
¿Cómo se forma el granizo y por qué cae del cielo?Estar en una situación embarazosa o sentir un elogio inesperado son solo algunas de las mil y un formas en las que puedes terminar con las mejillas ardiendo.
Ah, y antes de que se me olvide, más adelante te contaré sobre algunos trucos para tratar de evitar que te pongas como tomate en puerta.
¿En qué otras situaciones es normal que nos ruboricemos?
Claro, ya sabemos que al sentir vergüenza nuestras mejillas se ponen calientitas, pero hay otras ocasiones en que el rubor aparece aunque no estemos pasando un mal rato. Fíjate bien:
Por ejemplo, si estás dando el 110% en el gimnasio o saliendo a correr, el esfuerzo físico intensifica el flujo de sangre por todo tu cuerpo, incluyendo, por supuesto, tu cara.
Es como si el cuerpo celebrara que te estás poniendo en forma y lo demostrará con un poquito de color.
Otro escenario es cuando pasas de 0 a 100 en emociones.
¿Por qué la Luna cambia de forma? - Las fases de la LunaImagina que te encuentras con esa persona que tanto te gusta o recibes una noticia que te hace saltar de alegría.
Pues ahí te va, esas emociones disparan las mismas reacciones del cuerpo que la vergüenza. Increíble, ¿no?
Ciertamente, este fenómeno es parte de nuestra naturaleza y saber en qué contextos esperarlo nos ayuda a estar un pasito adelante.
Más adelante te platicaré por qué algunos se pintan de rojo con más facilidad que otros, es un tema que seguro te va a interesar.
Me sonrojo cuando veo a un chico
Es súper normal que cuando esa persona especial aparece, el corazón se acelera y las mejillas hacen de las suyas.
No tienes que sentirte avergonzado por ello, al contrario, es una señal de que estás vivo y tus emociones andan a flor de piel.
¿Cómo afecta la Luna en la marea?El rubor cuando haces deporte
¡Eso de ponerte como camarón al hacer deporte es de lo más normal!
La próxima vez que el instructor te vea todo sudado y con las mejillas encendidas, dile que estás experimentando un fenómeno fisiológico superinteresante, a ver qué te dice.
¿Por qué algunas personas se ruborizan más que otras?
Ahora viene lo bueno. Seguro has visto que mientras tú te pones como semáforo en rojo, hay quienes parecen de lo más frescos y serenos en las mismas situaciones.
La razón es que cada cuerpo es un mundo diferente.
La genética juega un papel importante.
Así es, tus genes pueden tener la culpa de que seas más propenso a cambiar de color como camaleón en discoteca.
Así que, si te viene de familia, es más difícil de controlar.
Además, tu tipo de piel también influye.
La piel más clara tiende a mostrar los cambios de flujo sanguíneo de manera más evidente que una piel más oscura.
Es como llevar una linterna pegada a la cara, cualquier cambio se nota al instante.
La personalidad también entra al juego.
Si eres de las personas más tímidas o sensibles, tu cuerpo puede ser más reactivo ante situaciones emocionales.
Es como tener un sensor ultradelicado a los cambios de ambiente.
No te pierdas lo que sigue porque hablaré de la cuperosis y cómo se diferencia del rubor.
¿Te ha pasado que te dicen que siempre estás sonrojado aun cuando no sientes ninguna emoción en particular?
Puede que eso que mencionan no sea solo rubor.
Diferencia entre cuperosis y rubor
La cuperosis es una condición de la piel donde los vasos sanguíneos se hacen más visibles de forma permanente, dándote un aspecto ruborizado todo el tiempo.
No tiene nada que ver con sentir vergüenza.
Si crees que puedes estar en esta situación, lo mejor es visitar a un dermatólogo.
¿Es posible evitar el rubor?
Si ya estás pensando en mudarte a un iglú para no tener que lidiar más con el sonrojo, espera un segundo.
Hay algunas cosillas que puedes intentar para disminuir la frecuencia e intensidad con la que te ruborizas.
Primero, trabajar en la confianza en ti mismo es clave.
Al sentirte más seguro, es menos probable que te sientas amenazado o intimidado por situaciones sociales.
Practica hablar en público o sumérgete en situaciones que normalmente te sacarían de tus casillas.
La respiración profunda y técnica de relajación también son tus aliadas.
Al concentrarte en tu respiración, puedes bajarle dos rayitas al nerviosismo que te hace encender.
Si ves que el tema va más allá y realmente afecta tu día a día, buscar ayuda profesional es una opción.
Terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, puede ayudarte a entender y manejar tus reacciones ante situaciones que te hagan sentir vulnerable.
Finalmente, el maquillaje es un buen aliado.
No, no es solo para tapar imperfecciones, sino que puede ser un escudo para que te sientas más cómodo y el rubor no sea el centro de atención.
Y recuerda, aunque a veces quieras esconderte bajo la mesa cuando tus mejillas se tiñan de rojo, todos pasamos por eso. Es parte de ser humano y tiene su encanto, así que ¡ánimo!
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